El éxito de unos, el fragelo de otros

Hay un asunto del cual me he percatado mientras escribia los diferentes posts, hablando principalmente de las cantantes folkloricas. Si bien es cierto el folklore peruano, no es de mi predilección –sobretodo si contiene esos repentinos altos y agudos en inesperados momentos de la canción- lo cierto es que existe mucha intolerancia por parte de un gran colectivo social, hacia la música que no es de su agrado.

Lo vemos en los casos de la Tigresa del Oriente, ampliamente parodiada y criticada en YouTube, y también en los casos de Wendy Sulca, Amapolita de Arahuay y las Chicas Terremoto. Todas ellas tienen miles –por no decir millones- de comentarios intolerantes hacia su música. Sin embargo, por poner solo un ejemplo, Wendy Sulca, de la voz del mismo Jaime Bayly sabe que es ampliamente coreada y recordada en grupos relativamente exclusivos en otros paises.

El mundo esta segmentado hasta en sus preferencias musicales. Definitivamente, no le vamos a exigir a un chino mandarín que disfrute con nosotros de la música andina, o a un anciano puneño que disfrute con floricienta. Aunque lo mejor sea que todos aprendamos a rescatar las cosas buenas de cada tipo de música; no es algo que debamos exigir de todo mundo.

Sin embargo, eso tampoco significa que la gente deba vapulear la música que otros disfrutan. En principio porque es una discusion de nunca acabar, y resulta ocioso discutir con personas que solo viven dentro de su pequeño mundo, en donde si alguien no encaja, no son capaces de soportarlo. Aquí se necesita pluralidad y capacidad de oir otras expresiones.

De otro lado, veo un simil con lo que le sucedió al Perú en términos musicales hace solo algunos años. Para una gran parte dtigresaorientegv7.jpge la población capitalina, escuchar música chicha, era casi tan sacrilegioso como escuchar a la Tigresa del Oriente; no lo soportaban. Aun cuando la chicha tenía sus rincones peruanos en donde su exito era apabullante. Ya me imagino a más de un limeño diciendo barrabasada y media contra la música chicha. Pero hoy esos mismos que la criticaban, no pueden dejar de bailarla en una discoteca o corearla mientras se movilizan a su trabajo o a sus estudios. Hoy la cumbia es parte de nosotros, y que bueno.

Llegará el día en que eso suceda tambien internacionalmente, nuestros interpretes nacionales, con mayor esfuerzo y calidad en sus producciones podran ser capaces de cerrarles la boca a todos aquellos que osan burlarse de su música hoy. Ojala y eso no tarde en suceder.

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